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Pero Er, el primogénito de Judá, era malo ante los ojos del SEÑOR, y el SEÑOR le quitó la vida. Entonces Judá dijo a Onán:

—Únete a la mujer de tu hermano; cumple así con ella tu deber de cuñado[a], y levanta descendencia a tu hermano.

Pero sabiendo Onán que el hijo que le naciera no sería considerado suyo, sucedía que cada vez que se unía a la mujer de su hermano, vertía en tierra para no dar descendencia a su hermano.

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Footnotes

  1. Génesis 38:8 Cf. Deut. 25:5.